lunes, 30 de junio de 2008

El método Jacobson de relajación

Adopta una posición cómoda y relajada. Cierra suavemente los ojos y ve tomando conciencia de tus sensaciones de tensión y relajación a medida que realices los siguientes ejercicios:

Dirige tu atención a ambas manos e intenta visualizarlas; aprieta los puños durante unos segundos y nota la tensión en tus manos; deja de apretar lentamente y siente como se relajan los músculos; de esta manera puedes notar la diferencia entre la tensión mientras apretabas los puños y la posterior relajación; deja que la relajación se extienda por tus brazos; nota como esta sensación se intensifica a medida que los músculos se van relajando cada vez más.

Cuando sientas los músculos de tus manos y brazos relajados, sigue adelante y visualiza tu rostro; tensa simultáneamente los ojos, la nariz y los labios arrugando la parte central de la cara. Nota la tensión de los músculos faciales durante unos segundos; seguidamente, relaja estos músculos.
Observa el contraste entre las sensaciones de tensión y las de relajación; relaja los músculos de la cara más y más hasta que estén profundamente relajados.

Pasa a tensar los músculos de la frente, mandíbula y cuello, levantando las cejas lo más posible, apretando los dientes y presionando la barbilla contra tu cuerpo; Ahora, siente la tensión en estos músculos y seguidamente relajalos lentamente; nota qué diferentes son las sensaciones cuando eliminas la tensión: la frente permanece lisa, los ojos suavemente cerrados y los labios ligeramente entreabiertos; deja la cara y el cuello libres de tensión; fíjate lo agradable que resulta esta sensación de relajación.

Si sientes los músculos de la cara y cuello relajados, sigue así y pasa a visualizar tu torso; tensa el pecho, hombros, espalda y abdomen, inspirando profundamente, reteniendo el aire, tirando los hombros hacia atrás y haciendo fuerza con el abdomen hacia afuera.
Ahora nota la tensión de los músculos del torso durante unos segundos. Relajate, deja ir el aire lentamente y observa la sensación de relajación que sientes al exhalar.

Si sientes los músculos de tu torso suficientemente relajados, sigue adelante y pasa a visualizar las piernas; tensa simultáneamente las piernas y los pies levantando ligeramente las piernas y poniendo los dedos como si fuesen garras.
Siente la tensión en las piernas y los pies durante unos segundos; seguidamente relajalos dejando caer estos miembros hacia el suelo; nota la diferencia de sensaciones y piensa solamente en sentirte tranquilo y sosegado.

Puedes seguir con otras partes del cuerpo como las nalgas y los muslos. Siempre que queramos relajar una parte del cuerpo deberemos visualizarla en primer lugar, seguidamente tensarla durante unos segundos, y finalmente relajarla.

Si quieres puedes grabar este artículo con la voz de algún amigo o amiga que lo haga de manera tranquila y pausada .

Lo bueno de esta técnica es que podemos practicarla en la tranquilidad de nuestras casas.
El mayor beneficio que obtenemos de esta práctica es liberar la ansiedad. Aprendiendo a concentrarnos en nuestro cuerpo, podemos diferenciar claramente la tensión de la relajación y aprender a disfrutar plenamente los beneficios físicos de una profunda sensación de bienestar y relax.






No hay comentarios: