Los aromas impregnan nuestra vida y se quedan registrados en nosotros sin que nos demos cuenta.
Muchas veces un aroma que no hemos sentido durante años, en un momento nos traslada a aquella callecita de nuestra infancia.
No somos capaces de recordar un aroma de la niñez, pero al sentir el aroma, instantáneamente surge el recuerdo.
Las fragancias son un excelente recurso para relajarnos y podemos usarlas para convertir nuestras vidas en un bálsamo de sensaciones sanadoras y energizantes.
Fragancias puras en frasco chico :
Los aceites esenciales equilibran la energía y devuelven el bienestar.
En un botiquin de aceites esenciales, nunca deben faltar:
Manzanilla:
Es sedante, antidepresivo y calma el dolor de cabeza.
Lavanda:
Antidepresivo, cicatrizante y sedante
Geranio:
Equilibra las emociones.
Patchul:
Aclara nuestra mente, favoreciendo la creatividad
Limón y naranja:
Aumenta la energía y favorece la concentración
Incienso:
Relajante general
Pimienta negra:
Revigorizante
Jazmín:
Equilibra, y nos da sensación de optimismo y bienestar.
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