¿Podemos usar la amabilidad como una forma de distribuir bienestar?
La AMABILIDAD parte de un interés real por el mundo que nos rodea, por el bienestar y por el bien-sentir de los demás. .
El ejercicio de la amabilidad nos ayuda a darnos cuenta de la importancia de nuestro papel en la CREACIÓN de nuestro entorno.
Existen 2 tipos de emociones, las que se sienten bien y las que se sienten mal, es así de simple.
Desempeñando un papel indiferente dentro de la vida atraemos por defecto, nos centramos demasiado en nosotros mismos y el mundo parece reducirse.
Cuando distribuímos el interés que sentimos por el bienestar de las personas afectamos positivamente nuestro entorno, vemos mas allá de nosotros y nuestros asuntos, nos ensanchamos.
Distribuyendo esos sentimientos positivos y entregándolos en forma de amabilidad, estamos irradiando, somos como soles que iluminan y entibian la vida en general.
Los efectos de estas prácticas son inmediatos, tanto para quien los recibe como para quien los da y sería bueno que además fueran contagiosos.
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